Los chichimecas
Los chichimecas jonaz utilizan la palabra úza, "indio", y su plural ézar "indios", para referirse a sí mismos y a cualquier persona indígena. Sólo al hablar español emplean, para autonombrarse, las palabras chichimeca, chimeco o meco; hasta ahora no se tiene la certeza sobre el significado del vocablo chichimeca.
Localización
Los chichimeca jonaz habitan en una comunidad del municipio de San Luis de la Paz, en el estado de Guanajuato. Ellos nombran a este lugar Rancho Úza (Rancho indígena) o Misión Chichimeca. El municipio es rural, y la población mestiza predomina en la región y en la cabecera municipal.
La congregación Rancho la Misión, reconocida por el Registro Civil de San Luis de la Paz, está dividida en dos partes por la carretera de libramiento a San Luis de la Paz: la Misión de Abajo, al poniente, y la Misión de Arriba, al oriente.
Los ézar colindan con lo que fue el territorio otomí de la sierra Gorda guanajuatense en el municipio de Tierra Blanca. Hacia el noroeste, separado por esta sierra, se encuentra el grupo pame, en los estados de Querétaro y San Luis Potosí.
Infraestructura
En la región destaca la carretera que va de San Luis de la Paz a Pozos y a Victoria Xichú. Las dos misiones cuentan con servicio de agua potable con tomas intradomiciliarias, salvo el extremo oriente de la Misión de Arriba. Cerca de la Misión de Abajo hay dos manantiales y un pozo que alimentan el tanque elevado con el que se distribuye el agua a toda la comunidad. Hay pozos de agua para uso agrícola.
La energía eléctrica cubre a la Misión de Abajo. Las telecomunicaciones, teléfono, correo, telégrafo y radio difusora se concentran en la cabecera municipal, al igual que los servicios de salud del Seguro Social y la Cruz Roja.
En la Misión existe jardín de niños, escuela primaria rural y tele secundaria.
La comunidad administra infraestructura de acopio y almacenamiento de granos y para explotación ganadera; además, hay una casa popular, puesto de servicio médico y canchas deportivas.
Antecedentes históricos
Es difícil rastrear la historia de este grupo debido a que el término chichimeca es un gentilicio muy genérico. En varios documentos del siglo XVIII se hace referencia a éstos con el vocablo "jonaz" que al parecer designa a uno de los pueblos chichimecas. Hay elementos para suponer que aquellos jonaces estaban vinculados con los ézar, aunque los habitantes del Rancho Misión desconocen totalmente este vocablo.
El grupo recuerda orgullosamente su pasado y su antigua bravura. Desde la época prehispánica, los ézar tenían trato con los otomíes. A la llegada de los españoles, los otomíes tenían un dominio importante en la gran zona chichimeca, al grado de que San Luis de la Paz era conocido con un nombre otomí. Durante la Conquista, los españoles se encontraban con bandas guerreras desorganizadas y aparentemente carentes de estrategia bélica, pero que les infundían temor. Después de medio siglo de guerra, los españoles adoptaron otro tipo de medidas para someter a esta población, como fue la paz por compra; esto consistía en que ellos aceptaban que se bautizara a los niños indígenas a cambio de provisiones.
La conquista de esta zona se basó también en el exterminio abierto de la población o el reclutamiento de indígenas para las escuelas religiosas del Virreinato. La región era atendida por varias órdenes religiosas: franciscanos, jesuitas, agustinos y dominicos.
Los ézar recuerdan la labor en las minas como su trabajo asalariado más antiguo. Entre 1890 y 1892 tuvieron gran auge los minerales de Pozos y Santa Brígida, que llegaron a concentrar a 50 mil personas. Sin embargo, la crisis minera acabó con esta opción económica ya que la explotación se suspendió entre 1920 y 1925 por lo que la comunidad solicitó dotación ejidal en 1923.
Lengua
Las lenguas más emparentadas con la de los ézar son el pame del norte y el pame del sur; les siguen el otomí, el mazahua, el matlatzinca y el ocuilteco. Estas siete lenguas conforman el grupo lingüístico llamado otopame, comprendido dentro de un conjunto mayor denominado otomangue.
Salud
Clasifican las enfermedades en frías y calientes. El curandero restituye la salud sanando los malestares más comunes por medios tradicionales. Para ellos, la principal causa de enfermedad es la introducción de espinas en el cuerpo, que se extraen mediante succión. Otros males atendidos son la pérdida del alma, el mal de ojo y la bilis. El adivino o brujo, que es generalmente un hombre otomí o mestizo, actúa en perjuicio de terceros, aunque ocasionalmente pueden hacer el bien. También son solicitadas en la comunidad las parteras y las nodrizas.
Para las mujeres embarazadas hay una serie de cuidados que se encuentran relacionados con los eclipses de Luna y con las impresiones fuertes. Tradicionalmente, la mujer daba a luz en la casa con ayuda de una partera o de alguna mujer de su familia; sin embargo, hoy es cada vez más frecuente que las mujeres se atiendan durante el alumbramiento en los hospitales de San Luis de la Paz. Es costumbre que al iniciarse el puerperio, la mujer deba guardar una dieta líquida durante ocho días; después, sólo evita la ingestión de cactáceas por un par de meses. Se presenta con cierta frecuencia fiebre puerperal. A los niños se les cuida del mal de ojo y se recurre a métodos tradicionales de curación para la etapa de la dentición.
Es generalizado el uso de chiquiadores (emplastos) y de algunos métodos tradicionales para aliviar la calentura, el "calor encerrado", la constipación, la insolación, el dolor de cabeza, el dolor de estómago y la diarrea. Los terapeutas tradicionales se clasifican en dos categorías: curanderos y adivinos.
Los ézar son cautelosos con el empleo de la medicina institucional pues para su uso, además de solvencia económica, requieren relacionarse con el mundo mestizo.
Vivienda
Los ézar construyen sus viviendas en pequeñas propiedades que son habitadas por una familia nuclear: un jefe de familia, su esposa e hijos. La vivienda consta de dos habitaciones: cocina y dormitorio. El mobiliario se compone de petates, bancos trípodes de hechura casera, cajas de cartón y bolsas donde guardan sus pertenencias. No es común el uso de mesas y sillas. Generalmente, las viviendas cuentan con un pequeño altar. Las construcciones son de adobón y teja o de ladrillo con colado de cemento. El piso es de tierra. La antigua vivienda tradicional hecha de piedras apiladas, sin ventanas, con techo de dos aguas cubierto de palma o pencas de maguey, prácticamente ha desaparecido.
Tienen radiograbadoras de pilas y en la comunidad hay algunos televisores que funcionan con un acumulador. Se cocina generalmente con leña y sólo contadas familias tienen estufa de gas.
Artesanías
La artesanía local, que consistía en la elaboración de canastos, cobijas, escobas, bateas, cazuelas, petates, bolsas de ixtle y mangos de cuerno de borrego o de cabra para cuchillos, prácticamente se ha perdido.
Territorio, ecología y reproducción social
La comunidad ézar se encuentra en una zona semidesértica con un clima semiseco. La temperatura media anual oscila entre los 14 y los 20°C. El periodo más caluroso es a partir de fines de julio hasta los últimos días del mes de agosto. Se presentan heladas que alcanzan los 9 grados bajo cero. El promedio anual de la precipitación pluvial es de 600 mm.
Las especies más representativas de la flora comprenden matorral desértico, cactáceas, agaves, granjeno, mezquites, pirules. La fauna de la región está integrada por: conejo, liebre, ardilla, rata, tlacuache, zorrillo, coyote, gavilán, zenzontle, gorrión, cascabel y coralillo. Es notorio el deterioro ecológico de la zona ya que han desaparecido muchos cactus, mezquites y nopales para dar paso a las tierras de cultivo. Por otra parte, la cacería ha extinguido especies como el pavo silvestre, que se cazaba todavía a principios del siglo XX.
Se cultiva maíz y frijol en tierras de riego, generalmente para el autoconsumo, y tuna y uva para vender. La leche que se obtiene de explotaciones ganaderas también es para la venta.
Según el calendario agrícola durante febrero y marzo se ara la tierra, y con las primeras tormentas de mayo se siembra la milpa. En octubre se cosecha el frijol y a finales de este mismo mes se roza el maíz para secarse o pizcarse a fines de noviembre o diciembre. También recolecta el aguamiel de los magueyes, y la misma planta para la producción de quiote y un tipo de pinole; así mismo nopales, mezquites, biznagas, cactos, chollas, botijas, garambillos, palmas, pirules, quelites y cardones. Se practica poco la cacería de pequeñas especies.
Además de las actividades agrícolas en las cuales participa la familia, los hombres trabajan durante casi ocho meses al año en ranchos vecinos como jornaleros, molineros, regadores o apicultores.
Se practica la crianza de borregos, chivos, vacas, puercos, gallinas, guajolotes y de forma ocasional burros.
Organización social
La familia es predominantemente nuclear, formada por el padre, la madre y los hijos. El compadrazgo se ejerce en el bautismo y el matrimonio. Los padrinos son elegidos por los padres y deben ser una pareja indígena, que en caso de fallecimiento de los padres, asuma la tutela del niño.
El gobierno tradicional casi ha desaparecido. Anteriormente había vigilantes municipales que portaban bastón de mando e impartían justicia. Éstos han sido remplazados por un juez.
Para la organización del ejido se nombra un comisariado ejidal, que al mismo tiempo es presidente del Consejo de Vigilancia.
El trabajo comunitario o "la faena" se practica de manera ocasional en labores que beneficien a la comunidad, como la construcción de edificios públicos o comunitarios: el templo, la escuela, la casa popular, etcétera.
Cosmogonía y religión
Los ézar tienen mitos que explican su mundo. Así, se dice que la Virgen de Guadalupe les dio el "dialecto" (como ellos le llaman), por lo que nadie puede quitárselo; san Isidro Labrador les enseñó la agricultura. Entre los espíritus importantes para ellos está el del agua y el águila. Esta última, se dice, les dio la inteligencia a los hombres y les señaló los lugares en donde debían vivir.
Los chichimecas profesan formalmente la religión católica. Aproximadamente 10% de la población es protestante y se concentra en la Misión de Abajo. Su presencia no produce conflictos en la comunidad.
Fiestas
Las fiestas más importantes para la comunidad son las de san Luis Rey de Francia y la de la Virgen de Guadalupe. Las actividades en las capillas de la Misión sólo se llevan a cabo en las fiestas de san Luis, el 24 y 25 de agosto, de la Virgen de Guadalupe, el 11 y 12 de diciembre, y de la Purísima Concepción que se celebra el 31 de mayo, fecha en que se concluyó la construcción de la capilla.
El compromiso de la organización de las fiestas se hereda en las familias. Un elemento importante en éstas es la danza chichimeca que se representa en las tres capillas. Los componentes sonoros son el violín, la tambora y los machetes que entrechocan; los combatientes suman entre 15 y 45 personas. Los ézar acostumbran tocar su música tradicional (sones y jarabes) ejecutados por grupos de música de "golpe" (dos violines, una tambora y un redoblante). También se aprecian mucho las décimas.
Relaciones con otros pueblos
Los ézar evitan el trato con los mestizos ya que éstos últimos tienen una actitud de despotismo y superioridad respecto a ellos.
Con los otomíes existen nexos que se aprecian en las visitas recíprocas de danzantes en sus festividades. Los ézar van el primero de enero a Cruz del Palmar, municipio de San Miguel Allende, y los otomíes, o sus descendientes mestizos, les corresponde visitar San Luis de la Paz el 25 de agosto. Hasta hace poco también se hacían visitas recíprocas con los otomíes de Cieneguilla, Tierra Blanca.
Fuera de la comunidad se han creado grupos que simpatizan con la cultura ézar. En 1981 se fundó un Centro de Investigación de la Nación Chichimeca con sede en Victoria. También existe un grupo que impulsa la fiesta de la Toltequidad en Pozos.
PARA MAS INFORMACIÓN
http://www.cdi.gob.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=584:chichimecas-jonaz-ezar&catid=54:monografias-de-los-pueblos-indigenas&Itemid=62
los chichimecas son una cultura única y dan a conocer sus formas de costumbres y tradiciones que son únicas.
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